Su futuro pasa por sus portaaviones y los ya viejos Invencibles tienen que dar paso a sus hermanos mayores, la nueva clase Queen Elizabeth.
Monstruos de 65.000 toneladas perfectos para proyectar su poder allí donde el Gobierno de Su Graciosa Majestad considere oportuno. Solo una pega, el costo prohibitivo que hace necesario lo impensable, colaborar con el otro lado del Canal para ahorrar mediante economías de escala.
¿Uno o dos de estos bichos? nadie lo sabe con certeza, sol el tiempo y la economía nos darán la solución.
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