Los coches cuando son diseñados han de pasar obligatoriamente por numerosas pruebas de impacto, en las primeras fases del diseño y pre producción se destruyen casi tantos coches como se fabrican para ver sus niveles de seguridad.
En los buques militares esto es poco viable, nadie está dispuesto a reventar una fragata o destructor nuevo que ha costado una fortuna, por lo que se han ideado formas alternativas de ver los efectos de impactos directos o indirectos en los buques. Por un lado tenemos las sofisticadas simulaciones virtuales de los ingenieros, pero el mar es un elemento casi irreproducible por lo que es necesario ensayos in situ.
Un Shock test es una prueba de los efectos de explosiones en los buques, en la mayoría de los casos se utilizan buques a dar de baja y en casos raros a cabezas de serie con los que se intenta conocer el desgaste del material ante explosiones indirectas.
El objetivo no suele ser hundir el buque, sino todo lo contrario, ver como resiste el impacto y como se han de mejorar los diseños.
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