Desde que el hombre es hombre el caballo es caballo, verdad de perogrullo, y desde que se conocen uno monta al otro. Una vez superado el tema de la locomoción el siguiente paso en el avance de la humanidad consistió en encontrar el mejor método para partirle el alma al vecino montado elegantemente a lomos de un buen corcel.
Así, mediante la evolución humana encaminada al apocalipsis nuclear, se criaron magníficas razas de caballos adiestrados para la guerra, los caballos de batalla, animales poco asustadizos, capaces de soportar heridas, no rehuir las explosiones ni los disparos, capaces de cargar contra la muchedumbre y fuertes y veloces en cualquier tipo de terreno.
Se merecen un buen establo nuestros amigos ¿no?
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