La seguridad es uno de los factores claves en las actividades desarrolladas en alta mar, las prisas no son buenas consejeras y es preciso asegurarse de que todo es correcto, de ahí la importancia de un buen entrenamiento.
En el vídeo de hoy veremos como en un buque de Greenpeace se olvidan de poner en práctica todos estos principios y que un accidente es o suele ser fruto de un cúmulo de errores.
Cuando solo se comete un error se tiene una anécdota, cuando se cometen dos se pasa por un apuro, pero cuando se cometen tres o más el accidente es casi seguro. Veremos como un tripulante se olvida de retirar un anclaje de seguridad (descuido y prisas), como el piloto a punto está de despegar con dos operarios en la pista por culpa del fuerte viento y de la mala mar (nerviosismo y prisas), como despega sin percatarse de que uno de los hombres continúa en la plataforma de vuelo (prisas y fallo del operador de vuelo del buque), veremos también como reacciona el piloto ante el vuelo descontrolado y como aparece la Virgen del Carmen, una vez más, para sujetar con mano firme la red que evita males mayores.
Los buques militares disponen hoy en día de diversos tipos de sistemas de ayuda y recuperación de helicópteros que sirven para evitar situaciones de alto riesgo como la que sigue. Greenpeace debería de considerarlo también visto lo visto.
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