"Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen."
Santa verdad la de D. Camilo, sí, sí, Cela, ese personaje único tanto por su literatura como por sus exabruptos, un genio con mala leche o un ciudadano preclaro de los de al pan pan y al vino vino.
El caso es que siguiendo a D. Camilo llegamos a la conclusión de que le faltó una categoría más aún, los que joden la historia, porque algunos parecen dispuestos a "joder" más que "hacer".
Cuando nuestro nobel era senador mantuvo esta cristalina conversación con un compañero que le afeaba la conducta por "reflexionar" en su escaño:
-¡Señor Cela, está usted durmiendo!
-No, estoy dormido –respondió Cela.
-¡Es lo mismo!
-No, no es lo mismo. No es igual estar durmiendo que estar dormido, al igual que no es lo mismo estar jodiendo que estar jodido.
Meridianamente claro ¿verdad?, pues eso, que los hay que por no estar jodidos están jodiendo y el problema nace en que para algunos no ostentar el poder absoluto es estar jodidos así que ¡a joder la historia!
Así comienzan las guerras.
Por la libertad de Birmania.
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