Dotar a un avión del poder de una unidad de artillería fue una idea basada en dar movilidad y alta velocidad al apoyo artillero. La pregunta era cómo llevar rápidamente apoyo a unidades lejanas que lo necesitasen en Vietnam.
El bombardeo era efectivo pero su efecto era puntual y sobre todo corto en el tiempo, se buscó la solución artillando fuertemente un avión de transporte dotado de gran autonomía y estabilidad, se lograba tener así una gran capacidad de fuego pesado en un área durante largos periodos además de una visión privilegiada del campo de batalla, el resultado fue el nacimiento del AC-130.
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