Pocas cosas hay que inspiren tanto terror a las fuerzas militares y a la población en una zona de conflicto como un francotirador.
Uno de estos hombres bien adiestrado tiene la ventaja que proporciona la discreción absoluta de la gran distancia, disparar no es fácil, matar a sangre fría menos, pero si se tienen ambas capacidades se convierte a ese individuo en un arma formidable.
Su armamento evoluciona de forma considerable y cada vez pueden usar calibres mayores, con municiones que perforan buenos blindajes, los tiradores están de enhorabuena.
Hoy una Barrett y sus efectos, reclutas, preparados para la instrucción de los Marines, nos trasladamos a Quantico.
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