Que la intimidad es un bien preciado lo sabe todo el mundo, que la seguridad es básica para tener libertad también y que la libertad permite tener intimidad cierra el circulo de conocimientos lógicos.
El problema viene cuando se produce la colisión entre dos de estos conceptos y justo esto es lo que sucede en el aeropuerto internacional de Phoenix (Arizona), donde este mes será probado con pasajeros reales el nuevo sistema denominado Backscatter. Dicho sistema emite unos rayos que, reflejados sobre materiales densos, como el plástico, producen una imagen más oscura que sobre la piel.
Si se aplica a equipajes se obtiene la imagen de arriba, la primera (en color) se obtiene con un escaner tradicional, se pueden ver un despertador de viaje, un paraguas, un cepillo de dientes eléctrico y un ordenador portátil con sus cables. La segunda (en blanco y negro) tomada con el nuevo sistema permite ver un recipiente con explosivo líquido escondido detrás del portátil y de sus cables.
Como se aprecia es un incremento notable de la seguridad, pero ¿qué sucede si se escanean personas? Desnudez.
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