Hace algún tiempo, un día lluvioso de otoño de los de cielos plomizos cargados de agua y aburrimiento, un ingeniero en un pequeño despacho se preguntó que pasaría si se le acoplaba un cohete propulsor a una bomba de precisión. Ese día sin saberlo se concibió la AGM-130, corría el año 1984.
Este misil tiene un árbol genealógico claro, la bomba "inteligente" GBU-15 dotada a mayores de GPS, de un sistema de navegación inercial y de un cohete propulsor. A su vez la GBU-15 es la hija orgullosa de la MK-84. Toda una familia unida.
¿Los resultados fueron satisfactorios? Lo mejor es que veamos por nosotros mismos si funciona el ingenio, sin explosiones, sin cabeza de combate, solo un ejemplo de precisión.
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