Si hay un avión de combate en el mundo que cualquier persona puede identificar sin problema aunque no sea aficionado a los temas militares ese es el triplano, y si hay un avión ligado íntimamente a un piloto ese es también el triplano.
Y es que decir triplano es decir "Barón Rojo", Manfred von Richthofen, una leyenda para los alemanes y también para sus enemigos, esos enemigos que acabaron con su vida le mostraron toda la dignidad y respeto dignos de un héroe propio y lo enterraron con los más altos honores que se pueden imaginar en un campo de batalla durante la guerra:
"Fue enterrado con todos los honores militares por los mismos británicos quienes salieron a rendirle tributo. Su ataúd - cubierto de flores como ofrenda- fue cargado por seis miembros del escuadrón 209. Al momento del entierro, soldados australianos presentaron armas y lanzaron tres salvas en su honor.
En su lápida, que se encuentra en el mismo lugar en donde cayó, se puede leer en su epitafio:"Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz". " (Wikipedia)
80 derribos habían hecho del piloto un héroe para los alemanes, pero para sus enemigos lo que lo hacía todo un caballero era el hecho de no derribar a los aviones que ya no eran aptos para seguir en el combate, prefería dejarlos regresar a sus bases, o al menos que intentasen salvar la vida porque la guerra ya es bastante brutal sin necesitar convertirla en una carnicería ni el combate en un asesinato.
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