Calor.
Esa tórrida sensación que vuelve el aire irrespirable y parece quitarnos las fuerzas. Un malestar que se siente de dentro afuera, donde se genera una desagradable humedad corporal, pegajosa y molesta, una abrasadora oleada de calor que nos quita las ganas de realizar cualquier actividad.
Pensemos ahora en esa sensación incrementada hasta el punto del dolor, una especie de horno crematorio que no nos quema la piel pero nos abrasa las terminaciones nerviosas, eso es el Active Denial System (ADS).
Desarrollo militar norteamericano que ya se ensaya con seres humanos con fines no letales aunque puede matar, un arma que quizás se use dentro de poco como antidisturbios en muchas partes del mundo, un camión te golpeará con potentes chorros de agua a gran presión y otro te freirá sin tocarte con ondas caloríficas hasta dejarte sin fuerzas ni ganas de discutir con la autoridad.
Frío y calor, bien y mal, yin y yang.
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