viernes, mayo 02, 2008

2 de mayo

Hace 200 años el pueblo de Madrid comenzó lo que Waterloo remató.

En España se dio rienda suelta a un sentimiento muy propio de estas tierras, la ira irracional; el viva la muerte se ideó mucho antes de la Guerra Civil, lo ideó el ciudadano de la Villa y Corte de Madrid dispuesto a llevarse por delante a todo gabacho, soldado o Monsieur, que se le pusiese por delante y para ello no precisó de armas, un cuchillo de labor, una piedra del camino, una teja de la obra, un tiesto del balcón, su mejor arma el odio puro.

España había conquistado el mundo y ahora sufría a un invasor culto y sofisticado que la miraba como a una inferior y se llevaba a sus Reyes y Príncipes cuando ese privilegio solo correspondía a los de casa.

Bailén refrendó el milagro sin marcha atrás, por primera vez un ejército del Emperador era derrotado en el campo de batalla, el milagro era posible y se demostraba que España entera se vestía de Fuenteovejuna:

"¿Quién mató al Comendador? / Fuenteovejuna, Señor / ¿Quién es Fuenteovejuna? / Todos a una, Señor"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿opinas que deberiamos mantenernos al margen de los acontecimientos?
¿o hacer otra vez lo mismo?
lo digo por mi pais, porque aca en mexico estamos por ahora derrotados por la delincuencia y la impunidad, por eso yo apoyo que tengamos armas, ¿que opinas tu si vivieras la misma situacion?

saragal dijo...

La posesión de armas solo incrementa el miedo y la inseguridad de los ciudadanos, al menos ese es mi punto de vista.

Se crea una espiral que se retroalimenta en una cadena que no parece tener fin, palo, navaja, revolver, pistola automática, escopeta, fusil de asalto y sigue y sigue.

La única forma de atacar la delincuencia es con leyes, democracia y sobre todo educación que es la base que impulsa a las dos primeras.

Es un proceso lento y complejo pero casi siempre efectivo e irreversible.