El Ejército de Tierra Español basa buena parte de su capacidad de combate en su columna acorazada, que es el músculo dentro de una estructura más amplia.
Los Leopardos y los Pizarros aportan la capacidad de maniobra y la potencia de fuego necesaria para abrir brechas en las defensas enemigas por donde la antigua infantería ha de realizar su trabajo.
Lo que veremos es la punta de lanza del ejército hispano.
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