El tiempo es una línea recta e infinita que tiende a encontrarse a si misma, o al menos es lo que me gusta pensar, porque de lo contrario aquello que no tiene fin no te conduce a ninguna parte.
Después de esta sesuda reflexión que algún día explicaré con más detalle, nos introducimos en el arte de la guerra moderna, en esta ofensiva talibán que vivimos vemos como día sí y día también las bases aliadas reciben ataques de cohetería y de morteros, que si bien no son demasiado efectivos sí tienen un profundo efecto desmoralizador y de guerra interminable.
Este tipo de asedios no es nuevo y ya en la antigüedad se producían, solo que la forma del asedio cambia, el asedio moderno no tiene como objetivo la toma de la "fortaleza" o base actual, su objetivo es el desgaste y la "retirada" del apoyo social a las tropas en sus propias naciones.
Todo cambia y evoluciona para volver a su punto de partida.
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