Hace muy poco tiempo se ha difundido la noticia, de forma interesada, por la prensa marroquí de la posibilidad de que España pague indemnizaciones de guerra a la población rifereña por la vieja contienda colonial.
Es curioso que se plantee esa posibilidad ya que sería uno de esos extraños casos en los que el vencedor, si es que lo hubo, pague al vencido por el uso de armamento químico. Lo que es mas curioso es la flaqueza de la memoria marroquí, y también la de los responsables españoles, al olvidar sucesos como la carnicería del Monte Arruit donde 3.000 hombres pertenecientes al ejército español capitularon.
Los mandos llegaron al acuerdo de entregar las armas y la plaza al enemigo a cambio de ser respetadas sus vidas, condición aceptada por los rifereños, que muy cortesmente requisaron todo el armamento y una vez indefensa la tropa los pasaron a cuchillo a todos, bueno, 60 individuos quedaron con vida para contar la carnicería y los cadáveres insepultos hasta que tiempo después la posición pudo ser reconquistada por las tropas europeas.
Quizás no seamos solo nosotros los que tengan que avergonzarse de actos pasados.
2 comentarios:
Si a ZP le parece buena idea, seguro que les damos pensión. Soy descendiente de uno de esos supervivientes, se bien lo que pasó allí y lo que allí se quedó. Creeme, no hay dineros para que ellos no paguen a nosotros lo que allí dejamos.
De todos modos, por puntualizar, el rifeño nada tiene que ver con el marroquí, pero Marruecos usa aquello como logro propio en lugar de contar que lo que verdadermente quiso fué la exterminación del rifeño. La entrada de España en aquella zona fué para someterlos, ya que el Sultán no era capaz y Francia no quería tomar el riesgo, pese a ser realmente la responsable de todo el norte de Africa. Fuimos usados por potencias superiores y la vanidad pudo al abuelo de J. Carlos, queriendo recuperar "el imperio español".
En fin, esa es otra historia.
Esa guerra fue contra la pretendida "República del Rif" jamás reconocida por la Sociedad de Naciones, y totalmente ajena al Sultán de Marruecos, que jamás pudo controlar a las tribus rifeñas.
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