Ya era hora, ya era hora de que el Ministerio de Defensa realizase una campaña publicitaria como Dios manda, sencilla pero llena de contenido, indirecta pero clara, sin asomo de violencia pero llena de fuerza, dulce pero militar, en una palabra, acertada.
Por lo menos esa es mi opinión, porque no todo tiene que ser mostrar músculo o disfrazar el músculo de terciopelo, muchas veces solo hay que mostrar de que se compone ese músculo, de gente.
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