Así reza un proverbio árabe.
El caballo, amigo fiel del hombre desde la noche de los tiempos, nos lo ha dado todo, su trabajo en los campos, su valor en la guerra, su carne en la hambruna y su propio nombre en el honor, pues no todos pueden presumir de ser caballeros.
Este hermoso animal está unido a los ejércitos del ayer y de hoy pues no en vano siguen existiendo unidades de caballería que lucen con brillo propio en ciertas tareas protocolarias.
Su uso actual se enfoca al orden público, donde es un compañero muy apreciado ya que su estampa y potencia infunden respeto y temor, algo de lo cual veremos en el vídeo.
Si el valor se midiese en el tamaño del espíritu algunos serían gigantes y no meros Quijotes.
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